Patrocinio Gómez, extraordinaria mujer con una vida espléndida nació en el año 1930 en Jauja (Córdoba). Un futuro próspero le esperaba en Antequera, donde se mudó a los 23 años con su esposo Juan M. Gómez Serrano.

Mujer humilde y creyente, fue capaz de crear una gran familia muy unida. Sus cuatro hijos, hijas (nueras), doce nietos y bisnietos alaban la gran generosidad y bondad que ha derrochado toda su vida no solo con ellos sino también con cualquiera que tuviese el placer de conocerla.

Fue mucha gente con la que trató, pues Patro estuvo presente en el día a día de la ciudad. Hace cincuenta años inició junto a su marido un próspero negocio de distribución que abastecía a las tiendas, bares y restaurantes de Antequera.

En 1981, cuando el matrimonio comenzaba a disfrutar de las mieles del triunfo, se produjo el triste fallecimiento de su marido, su Juanito. Fue entonces cuando sus hijos, Rafael, Juan Carlos, Epifanio y Esteban se incorporaron a la empresa.

Un nuevo proyecto cobraba luz con la apertura de su primer supermercado en Antequera en 1985. Bajo la enseña Mas y Mas, la familia emprendió un periodo de expansión por las provincias de Málaga, Granada, Córdoba y Sevilla, primero como Mas y Mas y posteriormente como supermercados Multimas y Patro.

Un gran éxito para una madre inmejorable y talentosa comercial, que hizo cobrar vida a un grupo empresarial que actualmente participa en una de las primeras empresas del país. Fue en 1997 cuando se inició un proceso de fusión con Mercadona de la que hoy en día sus herederos son accionistas y Rafael ocupa un puesto en el Consejo de Administración de Mercadona S.A.

Asimismo, el grupo ha continuado desarrollando otras actividades empresariales, patrimoniales y financieras. Y durante toda su vida, Patrocinio ha estado involucrada en esta evolución. Muchas clientas aún la recuerdan cuando hasta hace relativamente poco, iba cada día a los supermercados a saludar a las clientas y supervisar el servicio, siempre con una gran sonrisa en su boca.

Humanidad y amabilidad que aún se quiere seguir recordando con una iniciativa promovida por sus descendientes. Por circunstancias de la vida, fueron numerosas ocasiones en las que Patrocinio tuvo que usar los servicios sanitarios de Antequera, y de ellas siempre destacaba, alababa y agradecía el trato humano y cariñoso que le dispensaban. Un hecho que ayudaba mucho a su mejoría y recuperación.

Por ello, sus hijos tras su tristísimo fallecimiento, en su honor, quieren agradecer a esos profesionales de la sanidad que tratan excepcionalmente a cada paciente, su dedicación mediante los premios que han creado con el nombre de su ejemplar madre, empresaria y ciudadana.